Camilo Belmar

Agosto 18, 2021

Camilo Belmar, es un joven estudiante de Kinesiología de la Universidad Santo Tomas, sede La Serena. Debido a sus estudios se trasladó desde Vallenar a la Región de Coquimbo. Camilo formó parte del equipo Fortezza a través de su primera práctica profesional y él quiso dejarnos su experiencia.

Bueno Camilo me gustaría saber en una primera instancia, ¿Por qué kinesiología?
Es un poco burdo pero mi decisión fue en base a dos experiencias que tuve dentro del liceo que me hicieron llegar a terapia con kinesiólogos, una fractura de pierna y una luxación de rodilla. En el hospital con la rehabilitación empecé a conocer la kinesiología, me llamaba la atención porque era un área que yo nunca había tenido cercanía, de hecho, era muy ajeno de la atención hospitalaria o clínica. Conversaba con el kinesiólogo en ese tiempo, él me contaba más o menos qué hacían ellos.
Estaba en esa edad en la que no sabía realmente qué estudiar y el tema me llamaba realmente la atención, la carrera es algo bonito que sale un poco de lo común de lo que uno piensa que hace un kinesiólogo y estoy enamorado de la carrera ahora mucho más que se me da esta oportunidad con un trato mucho más humano.

¿Habías tenido otras prácticas previas?
No, esta es mi primera práctica, en total son cuatro. Esta oportunidad me gustó mucho, acá hay un trato mucho más humano, ese que sale de un tratamiento de una patología, sale de ese tratamiento típico que tienen las carreras de salud, por ejemplo, medicina y enfermería tratan una condición, nosotros como kinesiólogos tratamos a una persona, eso hace la diferencia en el tema de rehabilitación en las personas. El poder conversar con el paciente, acá no se da el caso porque la mayoría de los niños tienen discapacidad severa, pero si tú vas un box por ejemplo no te van a contar sólo que le duele el brazo, te van a contar qué hicieron toda la semana, eso se da aquí, pero de una forma muy familiar.

¿Cómo conociste la oportunidad de ser parte del equipo Fortezza?
Bueno por el tema de la pandemia no hay muchas opciones de prácticas, ni mucha opción de decidir cuál tomar, actualmente se trabaja el tema de prácticas dirigidas por cupos que va habilitándose y para mi esa opción fue Fortezza. Yo en el momento que se dio todo estaba trabajando en Vallenar, renuncié para venirme a La Serena, me preparé unas 2 semanas antes de entrar para refrescar la teoría y empecé.
Igual la pandemia no solo cambió el sistema de las práctica, sino que también la modalidad, ahora funciona todo en modalidad online y esto no fue la excepción, pero bien, aparte se me dio la oportunidad de conocer algo que pocos kinesiólogos han tenido la oportunidad de conocer, que es la hipoterapia, Fortezza tiene una asociación con hipoterapia, se realizan los días martes y jueves, entonces vamos allá con los mismos niños del centro pero se nota un cambio prácticamente rotundo, un cambio muy radical, cuando se suben al caballo se nota la ayuda que entrega el animal, es una experiencia muy sensitiva que los ayuda mucho, porque es lo que ellos necesitan.

¿En el caso de la hipoterapia la modalidad fue presencial?
Sí, de hecho, ayer tuve hipoterapia con los niños, bueno a través de este taller conocí a la Tía negra y a la tía Luz Ma que son las que trabajan principalmente allá y que se encargan de entregar esta terapia, incluso también tiene otro tipo de proyectos personales relacionados con la hipoterapia de los que me han llamado a ser parte.
Adentrándonos en el tema de la modalidad online específicamente, ¿Qué significa la modalidad para un kinesiólogo y dentro de Fortezza?
La oportunidad que he tenido online ha sido con el profe Alonso, yo no participó mucho, me conecto, tengo que ver lo que hace él, es algo que trata más la funcionalidad de los niños, tratar de mantener sus habilidades ya adquiridas, si bien no se pueden sanar con kinesiología, sí pueden mejorar en el tiempo.

Por ejemplo, si tú tienes tal condición ahora y no sigues ningún tratamiento en 5 años más vas estar muy mal, prácticamente en cama, pero con la kinesiología se retrocede ese período, entonces el pronóstico para 5 años, puedes tenerlo en 15 años porque te estás moviendo, se trabaja todo eso y bueno también se transmite a los papás, porque ellos son los que continúan estas terapias.
¿De qué manera se guía a los padres?
Se les da educación, por ejemplo, de repente el niño tiende a hacer posturas durante el día que no lo ayudan, entonces tratar de evitarlo, tratar de generar una actividad para solucionar ese problema y bueno así cada caso, por qué cada niño es un mundo, entonces es como un trabajo más guiado, todo más personalizado y según las necesidades la persona será la terapia.

¿Qué valores crees que te entregó Fortezza?
Fortezza me reforzó mucho la parte humana, el trato con las personas es algo que no te enseña la universidad, te enseña sólo la práctica y a la vez es algo que se pierde con la práctica, llega un punto en la carrera en el que estás tan acostumbrado a tratar con gente con problemas que te viene a dar lo mismo la persona como tal, yo siento que eso es algo que no hay que perder, es algo que no me gusta que se pierda, por lo general los profesionales de salud en el ambiente hospitalario conviven con un ambiente muy frío, por ejemplo si te duele el brazo te arreglan el brazo y te fuiste, así es el sistema en el que estamos inmersos, todo rápido. Pero aquí en Fortezza hay que tratar de conocer un poco más a la persona, tratar de globalizar lo que hacemos como una rehabilitación más integral, por ejemplo, a través del área de kinesiología se trata mucho el tema de conductas físicas, de repente acá los niños frente a un estímulo reaccionan muy mal, en el sentido de que pueden llegar a pegarle al otro y eso se evita con la terapia, también hay fonoaudiólogos y las tías en sala tratan muchos temas de motricidad, de coordinación. Entonces los niños acá vienen a aprender, pero de una manera distinta a la que lo harían en un colegio normal.

¿Recomendarías iniciar los internados en Fortezza?
Sí, siento que un buen acercamiento a lo que es la práctica, por ejemplo, yo no me sentía teóricamente preparado, pero afronté esto, empecé a repasar y ahí me di cuenta también que no es tanto lo teórico lo que se entrega la gente, sino que es más lo que te da el momento, fuera de si te sacabas buenas notas o eras el mejor entregando trabajos, enfrentar este mundo laboral es distinto. Entonces yo siento que es un buen internado para comenzar y no sólo para comenzar, sino que a lo largo de las prácticas que podemos realizar es interesante conocer esto porque es algo distinto.

¿Podrías definir tu experiencia en una palabra?
Difícil, pero “excelente” sería la palabra. Nada que decir la verdad, igual se entiende el contexto en el que estamos porque a mí me hubiese gustado mucho venir más todos los días, pero no se puede lamentablemente, aparte tampoco los chicos están viniendo todos los días, ahora van a empezar a venir más seguido, pero dependerá mucho de la fase en la que nos encontremos.

Antes de la pandemia las tías me comentaban que hacían algo mucho más integral, no para tratar una patología sino para ayudarlos a enfrentar el mundo, bueno por lo general salen a caminar alrededor, pero antiguamente iban incluso hasta el supermercado, la playa, tenía muchas actividades en las que los niños se desenvuelven de una manera distinta a lo que tú puedes identificar en una sala de clases, se desenvuelven como personas eso se ha perdido por la pandemia pero es muy importante para ellos que se retomen con las medidas sanitarias correspondientes.

¿Hay alguna anécdota que hayas vivido en Fortezza en particular que te gustaría compartir?
Sí, bueno cuando llegue el primer día acá me enfrente a un mundo al cual yo no estaba acostumbrado, en el que los niños no socializan ni interactúan y es fuerte estar ahí, tratar de hacer algo y no saber cómo afrontar, eso en un comienzo, es lo que no te lo enseña la teoría, tienes que verlo ahí mismo entonces y ahí tratarlo.

Particularmente hay un chico perteneciente al nivel de los más pequeños que necesita mucho estímulo, siempre anda haciendo cosas y a veces llegaba el gimnasio de terapias de kinesiología y nosotros estábamos con otros niños y el irrumpía ahí entonces eso es algo que afecta mucho los chicos y bueno en base a su interrupción empecé a trabajar con él, empecé a relacionar la teoría y todo y se reguló, controla sus impulsos, por así decirlo, fue beneficiado y eso fue muy gratificante para mí porque yo nunca había logrado eso con un niño, bueno de hecho yo nunca me había enfrentado a un niño desregulado, pero esa creo que es una experiencia no sé si de las mejores, pero sí una que me gustó mucho estando acá.

Camilo después de contarnos un poco de lo que fue su práctica en Fortezza nos comenta que se va hacer su práctica al sistema hospitalario de Ovalle, por lo que se deseamos la mejor de las suertes y que se siga llenando de conocimientos.


Camilo en su último día en el centro con el regalo que le hicieron los niños.